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viernes, 25 de febrero de 2011

Matías Ramón Mella

                                  Matías Ramón Mella y Castillo.


Día de Mella
El país conmemora hoy una efeméride grande, con el 195 aniversario del nacimiento del patricio Ramón Matías Mella, militar y estratega a quien debemos, junto a Juan Pablo Duarte y Francisco del Rosario Sánchez, no sólo la independencia, sino también el inicio de una forma de valorar hoy el costo que tuvo que pagar nuestro pueblo por su libertad.

En el pasado está un hecho que marca ese tortuoso camino hacia la libertad.

A Mella se le conoce como el hombre del trabucazo, disparo que en la Puerta de la Misericordia, el 27 de febrero de 1844, definió a favor de Los Trinitarios la causa por la independencia.

Si de Mella debemos destacar uno de sus valores, ese está en el hecho de que fue un hombre de armas hasta el final de su vida; y que con el tiempo, su apego a los valores patrios, el respeto a su uniforme y a la causa, lo hicieron permanecer coherente, ajeno a las apetencias,  la vida fácil y las tentaciones del momento.

En Mella vemos un ejemplo en el pasado, un valor a seguir en el presente y una referencia de que el hombre que lleva un uniforme militar debe cultivar valores por encima de las vicisitudes de su tiempo y pensar siempre en valores más altos y comprometidos, que trasciendan el tiempo y permitan mostrar una intachable hoja de servicio a la patria, al Ejército y al nombre de la familia de donde nació.

Nadie como Mella predicó con el ejemplo que demandaba Juan Pablo Duarte, inspiración para él y hombres que como él llevan el uniforme militar.

 Quien demandaba, ante todo, tener salud, corazón y juicio para poder ganarle la batalla a esos hombres sin juicio y sin corazón que en el pasado, igual que hoy, conspiran contra la salud de la Patria.

Editorial El Día



Días Patrios
Hoy, el país conmemora un nuevo aniversario del nacimiento de Matías Ramón Mella, uno de los miembros de la triada patriótica que nos legó la independencia, cuyo aniversario número 167 celebramos el próximo domingo.
Dentro de la rapidez de la vida moderna, muchas de estas fechas pasan por el calendario sin que la población le preste la mayor atención, pero todas deben movernos a la mayor reflexión.
Una reflexión seria sobre lo que significa la independencia en estos días y para cada uno de nosotros. ¿Qué hemos hecho para mantener a nuestra patria independiente? ¿Somos ordenados, respetamos la ley, somos ciudadanos a carta cabal, educamos a nuestros hijos que serán los ciudadanos del futuro?
La independencia es un atributo que tiene que ser ganado cada día con nuestras palabras y nuestros actos. Es un legado que tenemos que preservar. Es una antorcha que nos ha sido pasada por la generación de nuestros padres y que debemos pasar a las nuevas generaciones. Para esa reflexión son los días patrios.
Diario Libre


Mella, valor y decisión en aras de la libertad
De todos los integrantes del movimiento clandestino La Trinitaria, Matías Ramón Mella, de quien hoy se conmemora el 195 aniversario de su natalicio, fue el que más puso de manifiesto la estrategia y la formación militar para consumar el trabucazo que nos legó la dominicanidad.

En ausencia de Juan Pablo Duarte por causa de destierro, tocó a Mella, en sustitución de Juan Nepomuceno Ravelo, la responsabilidad de poner en práctica sus dotes de hábil negociador para granjearse la adhesión a la causa de los partidarios del movimiento haitiano La Reforma, liderado por Charles Herald.

Sin embargo, en el espíritu independentista de Mella también concurre su firme convicción de la autodeterminación dominicana y su decidida inclinación antihaitiana, exacerbada durante el desempeño de las funciones de “Preposé” o  encargado de la común de San Cristóbal en los años finales de la ocupación de Jean Pierre Boyer.  

Duarte visualizó que era imposible la separación de Haití del pueblo dominicano sin la ayuda de Charles Hérald, por lo que esa visión política la confió en Mella, quien se alió con el líder de la oposición haitiana para derrocar a Boyer, en 1843.

Esa alianza de los trinitarios con los revolucionarios reformistas haitianos fue coyuntural, porque nunca entre éstos hubo un interés manifiesto para apoyar a los independentistas dominicanos. 

Y, en efecto, Herald no reciprocó el apoyo que dieron los trinitarios a sus planes políticos, encarcelando a Mella en Puerto Príncipe, tan pronto se alzó con el poder, porque, en el fondo, nunca Haití asumió la separación de la parte Este de la isla.

Mella sufrió los rigores del oportunismo haitiano, pero fue también táctico: respaldó a Herald durante la revuelta que éste enfrentó en su contra en Puerto Príncipe.

En cambio, Mella fue liberado.

Surgió, pocos meses después de este episodio, la indecisión entre los independentistas para acordar la fecha de la acción militar que dieo al traste con los propósitos libertarios. Los trinitarios tuvieron que maniobrar rápido para impedir que los “afrancesados” abortaran el proceso, conscientes los trinitarios del apoyo que brindaba Francia a ese movimiento para que la parte Este de la isla pasara a ser un protectorado de la nación europea.

El acta de separación del 16 de enero de 1844 corría el peligro de fracasar, debido al oportunismo manifiesto de los “afrancesados” en adelantarse a los planes de los trinitarios. Las dudas y la vacilación se apoderaron de los revolucionarios dominicanos en momentos en que se hacía imperante la necesidad de poner en marcha la acción libertaria que diera al traste con 22 años de ocupación haitiana.

Mella, aquella noche del 27 de febrero de 1844, acabó finalmente con la incertidumbre y, resuelto, corrió a la Puerta de la Misericordia, donde le aguardaban otros conspiradores para disparar el trabucazo,  acción que fue refrendada instantes después por Francisco del Rosario Sánchez en el Baluarte de San Genaro (hoy Puerta del Conde) proclamándose así el advenimiento de la República Dominicana.

Organizador del ejército

Hijo de Antonio Mella Alvarez y Francisca Castillo, Mella nació en Santo Domingo el 25 de febrero de 1816 y murió en Santiago el 4 de junio de 1864. A los 22 años contrajo matrimonio con Josefa Brea, a quien conoció durante los aprestos revolucionarios que culminaron con la creación de La Trinitaria y con quien procreó cuatro hijos: Ramón María, Dominga América, Antonio Nicanor e Idelfoso Mella. 

Durante su juventud se dedicó al negocio del corte de madera en San Cristóbal, donde conoció a Antonio Duvergé. Durante los primeros días de la Primera República fue designado gobernador de Santiago con rango de general del Ejército y delegado de la Junta Central Gubernativa.

Nombró a José María Imbert su asistente y, cuando los haitianos penetraron a Santiago, sus instrucciones se cumplieron a cabalidad para dar al traste con los aprestos de los invasores. Se destacó, asimismo, en la batalla de Las Carreras, cuando Faustin Souloque, invadió al país. En 1856, Mella recibió instrucciones para preparar un proyecto de ley para organizar el Ejército Nacional, que lo acoge como su creador y en honor a ese mérito le ha consagrado.

Del destierro a la Restauración

Después de la Independencia, Matías Ramón Mella fue escogido por los trinitarios para que proclamara  a Juan Pablo Duarte presidente de la Junta Central Gubernativa, decisión ésta que tuvo que pagar con el exilio al que lo condenó Pedro Santana, con quien, sin embargo, se unió a su regreso al país, tras la amnistía que a favor de los desterrados políticos dispusiera el presidente Manuel Jimenes, en 1848. Nunca se han establecido claramente las razones que tuvo Mella para aliarse a Santana. 

Sin embargo, en agosto de 1861, se une a los restauradores para enfrentar los planes anexionistas a España promovido por el Mariscal de las Carreras, título conferido por los españoles al más conspicuo de sus leales admiradores en Santo Domingo. 

Como estrategia militar, los restauradores confiaron las más variadas tareas a Mella, desde la organización de las tropas dirigidas por Pedro Florentino hasta la conformación de los grupos armados en la Línea Noroeste, luego de constatar al coronel Santiago Rodríguez, con quien se reúne e instruye sobre los planes contra la ocupación española. Tuvo bajo su responsabilidad la elaboración del Manuel de Guerra de Guerrillas desde el cargo de Ministerio de la Guerra.

Su enemistad con Santana

Aunque no se ha determinado cómo conoció a Juan Pablo Duarte ni las circunstancias en que ingresó a La Trinitaria, Mella, conjuntamente con Francisco del Rosario Sánchez y Félix María del Monte, se adhirió a los trinitarios.

Sus cualidades militares fueron captadas por Duarte, quien le confió las tareas más difíciles en aras de la consecución de los objetivos de la separación.

Años después de la proclamación de la Independencia, Mella, pese a que Buenaventura Báez lo designó en 1849 ministro de Hacienda y Comercio, se unió a Pedro Santana, de quien se separa posteriormente por no acogerse al proyecto de anexión a España, que echaba por la borda la dominicanidad.


elCaribe



Mella y las Fuerzas Armadas
Hemos de volver la mirada y el pensamiento al dato de que en la República Dominicana el “Día de Mella”, 25 de febrero, es llamado también “Día de las Fuerzas Armadas”.

Recordamos a Mella, hacemos memoria de las Fuerzas Armadas, y no se puede pensar que esto sea un hecho casual. Sin lugar a dudas, los dominicanos han pensado que Mella es un modelo de militar, es Padre de la Patria, Padre de la Patria junto a Duarte y Sánchez, un hombre que luchó, que tomó las armas, recordemos su trabucazo en la noche del 27 de Febrero, en El Conde. Mella invita a todo dominicano que usa las armas, a emplearlas para el bien del país, a emplearlas para defensa de la nacionalidad, a emplearlas por su libertad, por lo mejor del país. Por eso Mella se presenta como un modelo de las Fuerzas Armadas, y por eso también, no solo los dominicanos, todos hemos de pensar en ese modelo, sino que cada militar ha de buscar en Mella el modelo, el ejemplo.

Por eso, los hechos pasados siempre nos inspiran y las situaciones actuales en las que vivimos los dominicanos, la situación en la que le toca vivir a las Fuerzas Armadas, ahora, deberían tomar a Mella como modelo frente a todas las tentaciones que se le presentan, igual que al militar de Mella, también era tentado para corromperse, para olvidar los peligros a los que tenía que afrontar, porque Mella debió vencer tentaciones y dificultades. Mella y las Fuerzas Armadas, en el mismo día, no es pura casualidad, es una invitación para presentar a Mella como un modelo de las Fuerzas Armadas y de todo militar. 


Monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio  





¡Viva Mella!
Una  agradecida nación  recuerda hoy  el natalicio de  Matías Ramón Mella Castillo, el prócer que  en 1844, con disparo de trabuco ante la Puerta de la Misericordia despejó vacilaciones  y proclamó  la Primera República y  se levantó de nuevo en armas  ante la traición que significó la anexión a España, 17 años después.

Reclutado por Juan Pablo Duarte en 1838 para conformar La Trinitaria, Mella descolló por su lealtad  y  valor personal,  como gran estratega militar y  hábil político,  virtudes por las cuales el padre de la nacionalidad le asignó el papel de  concertar en Haití una alianza con los opositores del presidente Boyer.

Mella  fue miembro de la primera Junta Gubernativa, tras proclamarse la Independencia y  fue  expulsado  por Pedro Santana, por  su soberbia demostración de lealtad política al proclamar a Duarte como presidente de la República.

Como gobernador de la plaza de Santiago,  el general Mella  atrae  desde Moca al general José María Imbert, quien fue su mano derecha y héroe después en la decisiva batalla del 30 de marzo contra el ejército haitiano.

Las presentes generaciones deberían conocer  a plenitud y profundidad el perfil  histórico de este prócer, que   Junto a Duarte y Francisco del Rosario Sánchez, encarna las más  sublimes virtudes y principios  a las que  un buen  ciudadano debe aspirar: irrenunciable  compromiso con  la patria, honradez,  rectitud y nobleza.

Se resalta el episodio del 27 de febrero de 1844, cuando los trinitarios, alentados por la caída de Boyer, se congregan en  lo que es hoy la Puerta de la Misericordia para  proclamar  la separación de Haití, pero esa acción  corría el riesgo de fracasar por la falta de fe de muchos, lo que obligó  a Mella a  disparar su histórico trabucazo, que anunció al mundo el nacimiento de una nueva República.

Aunque tuvo afinidad cuando éste fungía como jefe del Ejército independentista,  Mella se convirtió en enemigo irreconciliable del general Pedro Santana, cuando el Marqués de Las Carreras anunció su propósito de anexar la república a España, y de inmediato se alistó  en el Ejército restaurador, lo que  reafirma la firmeza de sus convicciones.

El general Mella murió  el 4 de junio de 1864, en su hogar  cerca de la Fortaleza  San Luis, de Santiago,  en medio de la pobreza, pero con la gloria de haber colocado espada y corazón al servicio de  la Independencia Nacional y de la Restauración de la República.

Es imperativo proclamar  ante las generaciones presentes que  el general de división Matías Ramón Mella Castillo no se enriqueció  nunca a costa de los cargos públicos que ocupó ni adquirió ningún bien  en calidad de botín de guerra y que lo único que pidió a cambio de sus valiosos servicios fue que  al morir cubrieran su cuerpo con  el manto de la Bandera Nacional. ¡Viva Mella!

Editorial El Nacional
El Nacional



Ejemplo a seguir
La sociedad dominicana está urgida a seguir estelares paradigmas para fortalecer valores y principios fundamentales y de esa forma contrarrestar los males, vicios y acechanzas que se ciernen sobre la sociedad.

Sólo la adscripción fiel a normas de convivencia civilizada, así como el amor a la patria y la defensa de la libertad y de la soberanía, conjuntamente con otros muchos elementos apreciables, permitirá afrontar con éxito los retos del tiempo presente.

Todos esos principios pueden pasar de los fríos  enunciados a pautas concretas y dinámicas de comportamiento si las nuevas generaciones conocen y aprecian en toda su significación la vida y la obra del prócer independentista Matías Ramón Mella, del cual se celebró ayer el 195 aniversario de su nacimiento.

Mella se distinguió por su firme e irrenunciada lucha por la soberanía nacional y la patria que ayudó a fundar desde la noche del 27 de Febrero de 1844, cuando disparó el histórico trabucazo en la Puerta de la Misericordia.

Es un formidable ejemplo a seguir porque, además de que nunca flaqueó en su trayectoria nacionalista, no reclamó beneficios personales por sus emininentes servicios a la causa libertadora. ¡Loor! a este padre de la patria, de gloria inmortal por su papel decisivo en la Independencia y la Restauración de la República.

Editorial elCaribe
elCaribe
27 - 2 - 11

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